Esguinces (tobillo, rodilla, muñeca, etc.)
Fracturas (recuperación post-inmovilización)
Luxaciones
Tendinitis
Lesiones ligamentarias (como LCA en rodilla)
Dolor lumbar, cervical, contracturas musculares
Recuperación de cirugías ortopédicas (prótesis, artroscopías)
Fatiga muscular y debilidad (por quimioterapia o radioterapia)
Linfedema (acumulación de líquido, especialmente en brazos o piernas)
Dolor musculoesquelético crónico
Pérdida de movilidad o fuerza
Mejora del equilibrio y la postura
Rehabilitación respiratoria
Ortopédicas: prótesis de rodilla, cadera, columna
Cirugías de hombro o meniscos
Abdominales o torácicas (para evitar complicaciones respiratorias)
Cesáreas o cirugías ginecológicas (suelo pélvico)
Cirugías estéticas (drenaje linfático, movilidad de zonas tratadas)
Reeducación postural y recuperación funcional